La injusticia: el gran peligro jurídico-social:
análisis desde un humanismo macrofilosófico
Resumo
Significativa consecuencia de la condición hipersocial de la humanidad estriba en los muy poderosos y torturantes sentimientos de dolor, sufrimiento, malestar de todo tipo y profunda humillación que los humanos padecen ante la injusticia. Seguramente es también por su condición hipersocial que los humanos viven mucho más torturantemente las injusticias de origen social que las inclemencias y sufrimientos infligidos por la naturaleza. Ahora bien todo lo contrario sucede cuando la injusticia no proviene de la terrible, lejana e inhumana naturaleza (la physis), sino de una injusticia más cercana, humana, en el nomos, la ley y las instituciones. Lamentablemente la modernidad ha exaltado tanto el individualismo y la competitividad que ha olvidado el enorme papel disolvente del vínculo social que tiene la injusticia. La injusticia no es tan solo la privación o ausencia de justicia sino que, muy al contrario, es el verdadero motor de la mejora social y política. Como se puede ver, todo lo que estamos comentando da enorme poder y responsabilidad a los jueces. Pues, incluso más que el legislativo que redacta las leyes y el ejecutivo que toma las decisiones políticas, son ellos los que la sociedad percibe como los responsables de la lucha contra la injusticia a través de sentencias equitativas. El judiciario debe ser consciente de que esta es también su responsabilidad y por tanto asumir la perspectiva más amplia, compleja, ética y humana en su actuación.